viernes, 6 de septiembre de 2013

TENOSIQUE TABASCO:

Tenosique es un municipio del estado mexicano de Tabasco. Localizado en la región del río Usumacinta y en la subregión de los Ríos, su cabecera municipal es la ciudad de Tenosique de Pino Suárez y cuenta con una división constituida, además, por 73 ejidos, 15 rancherías y 11 poblados. Su extensión es de 2.098,1 km², los cuales corresponden al 7,55% del total del estado; esto coloca al municipio en el sexto lugar en extensión territorial.
El municipio de Tenosique limíta al norte con el municipio de Balancán, al sur y al este con la República de Guatemala, y al oeste con el municipio de Emiliano Zapata y con el estado de Chiapas.
Toponímia
Su nombre proviene del vocablo maya Ta-na-tsiic, donde "Ta-na" significa Casa y "Tsiic" que quiere decir Hilar. lo que significa "Casa del hilandero".
Aunque también existe otra versión que indica que la palabra Tenosique proviene del nahuatl "Tsuani Tecpan", en donde "Tsuani" significa hilandero o hilar, y "Tecpan" palacio. Lo que igualmente se traduce como "Casa del hilandero".
Historia
La ocupación del territorio que comprende el actual municipio de Tenosique, podría remontarse al período preclásico maya (1000 años a. d. C.) cuando estas sociedades tribales sobrevivían con rudimentarias técnicas agrícolas, habitaban en chozas con paredes de troncos o ramas con techos de palmas construidas sobre plataformas de tierra. La cerámica que fabricaban y la industria lítica aún no contenían patrones culturales que los diferenciaran de otros grupos indígenas que iniciaban también su desarrollo en lo que se conoce como Mesoamérica.
Es a finales de este período, en que se ha establecido el desarrollo de la ciudad maya de Pomoná, lo que se dio a la par del florecimiento de las grandes ciudades mayas de las tierras bajas y su decadencia como esas otras grandes urbes, fue originada por causas aún no determinadas.
La desintegración de las grandes urbes del periodo clásico maya en el siglo X debió alentar el poblamiento de las tierras bajas ribereñas del río Usumacinta medio y del San Pedro Mártir. De hecho, el Usumacinta se convirtió en la más importante ruta fluvial entre los pueblos mayas ribereños y los habitantes de la costa del Golfo de México y la península de Yucatán.
Durante este período que se conoce como postclásico maya, el territorio del actual municipio de Tenosique se encontraba comprendido dentro de la llamada región de Acalan, pero era disputado constantemente por tribus provenientes de El PeténGuatemala, de los Altos de Chiapas y de la península de Yucatán.

Hernán Cortés, Primer español en descubrir el territorio del municipio de Tenosique.
Los españoles descubrieron estas tierras en 1525, durante la expedición de Hernán Cortés a las Hibueras (Honduras). Durante ese viaje, Cortés pasó por un poblado llamado Zagoastempan3 o Tzigualtepecat, que se sabe es la actual ciudad deTenosique. Dicha expedición, sirvió en mucho a los futuros colonizadores españoles, para conocer la intrincada geografía de la zona, así como las diversas poblaciones mayas de la época.

En 1537, Pedro de Alvarado envió a su contramaestre Francisco Gil, para que iniciara una campaña para conquistar los pueblos mayas establecidos en la rivera del Usumacinta. Después de varios combates, Francisco Gil logró fundar en un paraje contiguo a la población maya de Zagoastempan, una villa a la que llamó San Pedro Tanoche. Al enterarse Francisco de Montejo y León "el Mozo" de que soldados de Alvarados habían traspasado la jurisdicción de su padre, acudió hasta la villa para solicitarle a Francisco Gil que abandonara el territorio, sin embargo, pensando el Mozo que esa era una posición estratégica para una futura invasión de la península de Yucatán, decide dejar la villa nombrando al mismo Francisco Gil responsable de la misma. Después de muchas penalidades y viendo que no cesaba la hostilidad indígena y de que la villa estaba en medio de la selva, lejos de los centros de abastecimiento, Francisco de Montejo da órdenes a Gil de despoblar la villa para cambiarla a la costa del Golfo de México refundándola con el nombre de San Pedro de Champotón.
Tres años después, en 1540, frailes franciscanos y dominicos visitaron la región y los españoles iniciaron nuevamente un intento de colonización, estableciéndose principalmente en los poblados de Osumacinta, Petenecté, Estapilla y Tenosique.
En 1579, Melchor Alfaro Santa Cruz, por encargo del rey de España, elaboró lo que se conoce como el primer mapa de la provincia de Tabasco, en él ya aparece el pueblo de Tenosique.
Para 1665 desde el curato de Usumacinta, (hoy pueblo del municipio de Tenosique), se administran 9 pueblos. Durante casi todo el virreinato, Usumacinta fue la población más importante de la región de los ríos, gozando del privilegio, antes que ningún otro pueblo, de tener una iglesia de mampostería.
Hacia 1842, el territorio del actual Tenosique pertenecía al partido de Balancán, en el distrito de Usumacinta.
En 1845, la jefatura política y el juzgado penal se establecieron en Usumacinta, (actual pueblo del municipio de Tenosique).
El 15 de julio de 1854, siendo presidente de la república, general Antonio López de Santa Anna, decreta la creación del territorio del Carmen en el que se incluyen los pueblos de Balancán (municipio), Tenosique y Montecristo (hoy Emiliano Zapata), quitándoselos al estado de Tabasco. Sin embargo, y gracias a las protestas de las autoridades tabasqueñas y yucatecas, en 1858, se decreta la desaparición del territorio del Carmen, con lo que Tabasco y Yucatán recuperaron sus respectivos territorios.
El 27 de septiembre de 1882, Tenosique es el punto clave en los tratados de límites entre México y Guatemala, celebrado por varios países.
En diciembre de 1883, al establecerse que el territorio del estado de Tabasco se dividiría en municipalidades, se crea el municipio de Tenosique y la ciudad homónima de Tenosique es nombrada cabecera municipal.
A finales del siglo XIX se inicia la explotación del hule, con lo que se instalan en el territorio de Tenosique una gran cantidad de monterías, y también comienza la explotación de maderas preciosas, con lo que la villa de Tenosique tuvo un gran auge.
En 1911, durante unas excavaciones que se realizan en la iglesia del lugar son encontrados restos de osamenta humana que se presumen son del malogrado emperador mexica Cuauhtemoc. Los restos son llevados a la ciudad de México por el ministro Justo Sierra Méndez.
En el año de 1935 inician los trabajos de construcción de la vía para el ferrocarril del sureste, y el 6 de enero de 1947, llega a la ciudad de Tenosique de Pino Suárez el primer tren de pasajeros, estableciéndose la comunicación férrea con los estados de Campeche y Yucatán.

COSTUMBRES Y TRADICIONES

En los límites sur de nuestro territorio, hay un poblado ribereño y aún selvático llamado Tenosique, donde pasamos tres días para explorar sus cenotes, visitar sus sitios arqueológicos y deleitarnos la vista y el oído con su tradicional y colorida Danza del Pochó.
Durante nuestra estancia en este pintoresco poblado tabasqueño, aprovechamos para visitar los principales atractivos de la zona. Nos dirigimos a la sierra, donde se localiza el poblado de Santo Tomás. Esta región cuenta con interesantes atractivos ecoturísticos, como la laguna de San Marcos, las grutas de Na Choj, el Cerro de la Ventana, la zona arqueológica de Santo Tomás y los cenotes de Aktun Há y Ya Ax Há.
Aguas entintadas
Con el fin de explorar el cenote Ya Ax Há, nos reunimos un grupo de entusiastas para recorrerlo en kayak y bucear. Como era el único buzo, sólo descendí 25 metros. A esa profundidad el agua se volvió color vino y era imposible mirar algo. ¡Ni siquiera podía ver mi mano frente a mis ojos! Este color se debe al ácido tánico que resulta de la putrefacción de las hojas y las plantas que caen al agua. Después ascendí un poco, hasta donde el agua se tornó verdosa y pude observar algo. Para poder explorar este cenote habrá que planear otro viaje en tiempo de secas con más equipo y más buzos. Esta región es ideal para realizar caminatas, paseos en bicicleta de montaña e incluso se puede organizar una cabalgata hasta la zona arqueológica de Piedras Negras, en Guatemala.
Panjalé y Pomoná
Al día siguiente nos fuimos a recorrer las zonas arqueológicas de los alrededores de Tenosique, entre las que destacan Panjalé, a orillas del Usumacinta, sobre la cima de un cerro, 5 kilómetros antes de llegar a Tenosique. Se compone de varios edificios que en tiempos pasados formaron un mirador, desde el cual los mayas solían vigilar las embarcaciones que transitaban las aguas del río.
Muy cerca, Pomoná (600 a 900 d.C.) jugó un papel importante en la relación política y económica de su región, ya que esta ciudad estaba ubicada entre la entrada al alto Usumacinta y El Petén guatemalteco, justo por donde pasaban productores y mercaderes hacia las llanuras costeras. La arquitectura de este sitio comparte rasgos con la de Palenque y está compuesta por seis conjuntos importantes que, junto con las áreas habitacionales, se distribuyen en aproximadamente 175 hectáreas. Sólo uno de estos conjuntos está explorado y consolidado, el cual está conformado por 13 edificios que se localizan en tres de los lados de una plaza de planta cuadrangular. Su importancia radica en la riqueza de las inscripciones jeroglíficas encontradas, que nos brindan no sólo una cronología de su desarrollo, sino también información sobre sus gobernantes y sobre sus relaciones con otras ciudades de aquella época. Cuenta con un museo del sitio.
La Danza del Pochó
Al día siguiente, por la mañana nos reunimos con el grupo de danzantes y músicos de Tenosique, quienes son los encargados de organizar la Danza del Pochó durante las fiestas del carnaval. Esta vez, de forma especial, se disfrazaron y la escenificaron para que pudiéramos conocer esta tradición. Acerca de la fiesta de carnaval, nos contaron que tiene sus raíces a finales del siglo XIX. Durante la época de las monterías y chiclerías, que eran administradas por los españoles de algunas compañías como la Guatemalán y el Agua Azul. Éstas contrataban cuadrillas de trabajadores que se internaban en lo más profundo de la selva tabasqueña y la región del Petén guatemalteco para explotar las maderas preciosas, como la caoba, el cedro y la resina del árbol del chicle, coincidiendo su regreso durante las fechas de los festejos del carnaval. Así pues, los habitantes de este municipio se daban a la tarea de organizar dos partidos, el Palo Blanco y Las Flores, para contender por el cetro y la corona del carnaval. Con ellos se daba inicio al gran festejo. Desde entonces, la gran mayoría de la población participa en esa fiesta, a través de la danza prehispánica del Pochó.
La indumentaria de los cojoes incluye una máscara de madera, un sombrero adornado con palmita de jardín y flores, una capa, una faldilla de hojas de castaña, unas popalinas de sojol de hoja de plátano y un chiquís (sonaja hecha con una rama gruesa de guarumo hueca con semillas). Las pochoveras portan una falda floreada, una blusa blanca y un sombrero igual al de los cojoes. Los tigres van con el cuerpo embarrado de lodo amarillo y manchas negras, y llevan en la espalda una piel de ocelote o jaguar. Los instrumentos que acompañan la danza son la flauta, el tambor, el silbato y el chiquis. El carnaval finaliza con la muerte del actual capitán Pochó y la elección del nuevo, quien tiene a su cargo la misión de conservar el fuego sagrado y debe organizar los festejos, procurando que se lleven a cabo todos los rituales acostumbrados.
Por cierto, la designación se hace en forma curiosa, el pueblo se reúne tumultuosamente frente a la casa del electo y arrojan piedras, botellas, naranjas y otros objetos al techo. El propietario sale a la puerta y anuncia que acepta el cargo. Por fin, al entrar la noche, se instalan en la casa del capitán saliente con el objeto de asistir a su “muerte”, desarrollándose la escena como si la concurrencia asistiera a un velorio. Se comen tamales, dulces, café y aguardiente. El tambor debe tocar durante  toda la noche, sin cesar ni un momento. Al despuntar los primeros rayos (el Miércoles de Ceniza), el toque se hace cada vez más lento indicando que ha empezado la agonía, que dura unos momentos. Cuando el tambor calla, el Pochó ha muerto. Los asistentes dan muestra de una gran pena, se abrazan efusivamente, algunos lloran de dolor, otros porque finalizó la fiesta y algunos más por el efecto del alcohol.

TRADICIONES Y COSTUMBRES EN EL POBLADO IGNACIO ALLENDE EN TENOSIQUE TABASCO.

Con intensas actividades en la agricultura, fabricación de tortillas de mano, pozol, y la convivencia directa con la naturaleza, los habitantes del poblado Ignacio Allende, comunidad enclavada en el macizo montañoso de Tenosique, aún conservan sus tradiciones y costumbres traídas desde el vecino estado de Chiapas desde hace ya muchos años.

 


Los cerca de mil habitantes que conforman la comunidad, son descendientes de las etnias que hablan en dialectos Tzental y Chool, Ignacio Allende se localiza a escasos 32 KM de la Cabecera municipal, sobre la carretera Tenosique a San Francisco, esta comunidad fue fundada el 25 de Mayo de 1969, y a pesar de la escasez de agua que sufren sus habitantes continúan aferrados en este lugar, en donde cultivan Fríjol, Maíz, Yuca, Macal, Camote, Cilantro, Perejil, Naranja, Plátano y picante, cuya producción comercializan en Tenosique y Municipio vecinos de la región.




Desde muy temprano, aun muy oscuro, diariamente hombres y mujeres salen al campo para cumplir con sus actividades, después de 4 a 5 horas comienzan el regreso a sus casas jalando sus caballos y mulas trayendo consigo el producto cosechado que le garantice la alimentación y la de sus familias, la actividad para las mujeres se intensifica tras moler el nistamal, preparar la Maza para hacer las tortillas y cocerla en los tradicionales fogones, así también preparan el pozol, bebida fresca que comparten con propios y extraños.

 



Dentro de sus fiestas principales los pobladores año con año realizan la Feria del pueblo del 19 al 21 de Marzo, festejando el natalicio del licenciado Benito Juárez García ilustre personaje Mexicano cuyo nombre lleva la escuela primaria del lugar y al cual admiran los pobladores de esta región, en estas fiestas los habitantes participan en las diferentes actividades que se programan durante los 3 días de la gran feria del pueblo que también se identifica como el corazón de la zona indígena de Tenosique.

 






Juan Gutiérrez Núñez campesino del lugar, quien lleva más de 27 años de vivir en Ignacio Allende, comenta que ha trabajado intensamente, en un terreno de 2 Hectáreas, este lugar, le ha dado alimentos para su sostén y para comercializar en el mercado local y regional. Con su trabajo diario en el campo y con sus herramientas principales como el molino, el fogón, su troje de Maíz, su leña, la alimentación diaria de la familia está garantizada.

 



En tanto que José Pérez Díaz, delegado de la localidad dijo que Ignacio Allende es un lugar para convivir familiares, amigos y con la naturaleza ya que el poblado se ubica en medio cerros, de mañana y tarde se escucha el canto de las aves y el aullido de los mono araña y del Saraguato, quienes bajan de la selva en busca de agua que los pobladores del lugar les proporcionan.




Rico en flora y fauna esta región en donde se ubica el poblado de Ignacio allende, cuenta con paisajes espectaculares, la comunidad está rodeada por espesas montañas y elevados cerros, otros de los atractivos con lo que cuenta el lugar es la conservación de la vestimenta de sus mujeres quienes aún portan el traje típico de las mujeres indígenas.

Vídeos de Costumbres en Tenosique Tabasco



DANZA DEL POCHO TENOSIQUE




CARNAVAL DE TENOSIQUE
























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